"Never
stop believing that fighting for what’s right is worth it. It’s always worth it"
Hillary Clinton, Noviembre 2016
Esas palabras quedaron muy grabadas en mi mente
durante el miércoles posterior a las elecciones en Estados Unidos, en el
que todo lo que leía era preocupación,fatalismo, enojo; y cómo no sentir
eso cuando el discurso de odio ganó en pleno siglo XXI en el país más
poderoso del mundo.
Despertamos pensando que la frase
"Presidente Donald Trump" era una pesadilla, una broma de mal gusto,
no sólo para los americanos, también para nuestro país y para todo el mundo
porque las consecuencias de las decisiones que tome esta nueva administración
repercutirán a nivel global, ya que como destaca El País en su editorial “EE UU es la clave de bóveda del
orden internacional: si se retira esa pieza, ese orden se convertirá ipso facto en aquello con lo que tanto
sueñan en Moscú, Pekín y otras capitales: una jungla en la que impere la ley
del más fuerte”.
Por ello, el discurso de concesión de
Hillary Clinton fue una bofetada para toda la desesperanza que
deambula por una infindad de lugares. Porque qué será de nosotros si nos
dejamos ganar por esa intolerancia. Estaríamos dando el triunfo absoluto a un
movimiento que construye muros en lugar de puentes. Borraríamos el largo camino y
sacrificios que muchas personas abrieron con gran esfuerzo y entusiasmo para
construir un mejor entorno para las nuevas generaciones. Cederíamos a la
irracionalidad y optaríamos por vivir en desasosiego.
Desafortunadamente la historia nos ha demostrado
que lo más peligroso que puede existir para una sociedad es un líder perverso
en el poder. Pero también nos ha enseñado que pese a los escenarios más
adversos, no se puede claudicar. Que las personas que creemos en la igualdad,
la humanidad, en los derechos humanos debemos unirnos, pensar en cómo cambiar
esa realidad adversa ya sea desde el ámbito público, la sociedad civil, la
academia, desde los medios de comunicación, desde cada trinchera.
Son tiempos difíciles para los soñadores, como publiqué con una imagen en mi Facebook. Sin embargo, dejar de creer y de luchar por lo que es correcto y por el futuro que muchos soñamos, sería darle la verdadera victoria a ese movimiento.
Son tiempos difíciles para los soñadores, como publiqué con una imagen en mi Facebook. Sin embargo, dejar de creer y de luchar por lo que es correcto y por el futuro que muchos soñamos, sería darle la verdadera victoria a ese movimiento.